Estuvimos toda la noche en un bar de mala muerte. Bebiendo ginebra barata mezclada con miles de cigarrillos se nos pasaron las horas volando; "Tempus fugit" es lo que me dijo con una sonrisa que me hizo estremecer. Salimos de alli y nos perdimos por callejones de extasis y vicio. Y despues de tanto hablarme, llegue a una conclusion: el era un maestro de la mentira y yo muy buena aprendiz.
PD: por si alguien pregunta, los textos son mios, o la mayoria de ellos.
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